sábado, 7 de abril de 2012

NUESTRA VISIÓN

 1 DE ABRIL DE 2012

Compañeros, enviamos un pequeño aporte para el análisis de la situación política nacional
“…Precisamente porque se orientaba en el sentido de la acumulación capitalista, no hay que dudar de que la política de la oligarquía porteña era la política de la “civilización”, es decir, tendía a construir una civilización capitalista semi colonial, basada en la producción de alimentos y materias primas para el mercado mundial, con todas las restantes actividades del país subordinadas a esa…” [1]


Parece que la gesta nacional en estos tiempos pasa por un ilusorio retorno al primer peronismo, el de los años cuarenta, control estatal, compra de empresas multinacionales, proteccionismo y sobre todo, mucho folklore.
Como venimos señalando en notas anteriores, la causa última de la política pendular del gobierno está en la carencia de un plan y una opción ante la crisis mundial. En ese marco la política oficial ha sido y es de ensayo y error, por supuesto sin tocar un ápice la estructura económica del país. Esta política fue la que llevó al kirchnerismo a potenciar a empresarios nativos como Eskenazi en la participación en empresas como Repsol-YPF, con la intención de que un interlocutor nacional sería más accesible a las demandas y necesidades del gobierno, sobre todo después de los favores oficiales que llevaron a ese empresario a posicionarse cómodamente en la petrolera.

El resultado salta a la vista y reafirma una vez más que el capital no tiene patria “Las inversiones no aumentaron, la filial local siguió dependiendo de la estrategia de su casa central y se mantuvo la creciente distribución de dividendos, retrayendo recursos a planes de expansión. En el caso YPF, significó que Eskenazi no pudo o no quiso modificar la conducta empresaria de los españoles.”[2]

Ante la crisis de abastecimiento, con el considerable aumento del gasto público que significa la importación de combustible, 7000 millones de dólares en 2011 y una estimación de 10.000 millones para este año[3], la opción que esboza el gobierno es la compra del el 8% de las acciones de los Eskenazi y el 25% de las de Repsol. Con el objetivo de controlar el 33% de la petrolera, convertirse en el primer accionista minoritario y reclamar gerencias operativas[4], una medida del mismo tono de la que llevó adelante con Techint. En definitiva, es negociar en mejores condiciones sin tocar las ganancias de Repsol.

Una cuestión de modales

La queja de EE.UU. por las restricciones a las importaciones del gobierno nacional le suma otro espejito de color al folklore peronista. Los yanquis deben objetar el proteccionismo, ya que es necesario mantener ciertas formas para evitar futuras medidas que sí pudieran ser perjudiciales para las relaciones comerciales. Esta semana bajó la bolsa de Nueva York, pero no fue por las exportaciones a Argentina. Es de público conocimiento que el principal sostén del modelo no es el tío Sam, sino el tío Hu.
A quien sí perjudican estas medidas es a Brasil, que no se ha quejado en el G20 y prefiere hacerlo a puertas cerradas en las reuniones bilaterales. Brasil es el mayor destinatario de las manufacturas de origen industrial, el  intercambio comercial entre ambas naciones ronda los 33.000 millones de dólares. Ese es uno de los principales pilares de la industria mediana de ensamblaje que aumentó el empleo en los últimos años, pero que sin subsidios estatales es incapaz de competir con el país de Lula y es la causa del permanente minué de apertura y trabas en el comercio bilateral.

El modelo

Es necesario volver a señalar que en los últimos tiempos el gobierno ha perdido iniciativa para imponer la agenda política. Ésta quedó en manos de la crisis y por más cortinas de humo nacionalistas que hagan, al disiparse la nube deja ver los límites de este supuesto neo desarrollismo, esos límites son las características del capitalismo real, serio o no, que no dan lugar a ningún mercado interno y el gobierno lo sabe bien. De esto da cuenta el desarrollo de la concentración y extranjerización de la economía en los últimos años y su acompañamiento Estatal.

El Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA) tiene como meta ampliar la producción agropecuaria de 100 a 160 millones de toneladas de granos, extender la superficie sembrada de 34 a 42 millones de hectáreas, y aumentar las exportaciones agroalimentarias en un 145 por ciento. “Esto se haría, evidentemente, a costa de nuevas tierras, que son frágiles como las del Chaco y Formosa, Santiago del Estero o Jujuy.”[5]

Al igual que la minería, la exportación de soja es la columna vertebral de la economía nacional, que somete al país no sólo al yugo del monocultivo sino también a la dependencia cada vez mayor de un único mercado, con las consecuencias políticas que todos conocemos. La historia de Nuestramérica está llena de nefastos ejemplos de dependencia con estas características, que son las de la Argentina previa al período de industrialización sustitutiva, que comenzó a mediados de la década del 30 del siglo pasado. A la dependencia se suma que el tipo de producción está sujeta a condiciones que exceden los vaivenes del mercado. “De acuerdo con la firma de análisis Oil World, la producción de soja en América del Sur podría bajar a 120.6 millones de toneladas por peores condiciones climáticas - clima seco y caliente - en el sureste de Brasil y Noreste de Argentina”[6] .

Esta dependencia no sólo somete el destino del país a las condiciones climáticas, sino también y principalmente, a los procesos propios de concentración y centralización del capital, que en tiempos de crisis operan con mayor celeridad, como se ve en el caso del denostado yuyito. “El sector de comercialización de granos está experimentando una ola de consolidación nunca vista desde que Cargill y Continental se fusionaron en 1998. Ya empezaron a cambiar de manos activos por miles de millones de dólares, entre ellos silos y terminales portuarias.”[7]

En medio de la profundización de la crisis general y local del capitalismo, es inevitable que la clase dominante intente sostener el consenso social con medidas efectistas. La cuestión es que el árbol no debe tapar el bosque y es mejor verlo antes que termine la tala.




[1] El paraíso terrateniente- Milciades Peña
[2] Burguesía fallida Página12    01/04/2012
[3] El Economista 23/04/2012
[4] Perfil 01/04/2012
[5] Red Eco Alternativo- Extranjerización y modelo agropecuario: dos caras de la misma moneda
[6] El cronista.com 01/04/2012
[7] Financials Times 30/03/2012